Después de un entrenamiento caliente, mi compañero de cuarto me interrumpió, encendiendo una sesión salvaje y aceitada. Me hizo una garganta profunda, lubró mi culo y luego me folló duro, dejándome cubierta de semen. Un final perfecto para un día sudoroso.
Estaba en medio de mi entrenamiento cuando mi compañero de cuarto entró inesperadamente, descarrilando mi enfoque.Él es un chico charlando y un gran fanático del placer oral, por lo que decidí ceder a sus avances.Después de una sesión caliente de garganta profunda, lubricaba mi culo ansioso, listo para algo de acción anal.Su cogida implacable me envió a un frenesí, ya que golpeó expertamente todos los puntos correctos.Nuestra intensa sesión continuó en varias posiciones, cada una más estimulante que la última.La vista de su semen que se esparcía por mi cara fue el final perfecto para nuestro encuentro salvaje.Esta aventura al estilo dormitorio era cualquier cosa menos común, dejándonos a ambos completamente satisfechos.