Después de un día en la playa, vuelvo a encontrar al gerente del hotel en mi habitación, su excitación ante mi cuerpo expuesto llevando a un encuentro apasionado.Su eyaculación adornaba mis pechos y genitales, testimonio de nuestro placer compartido.
Tuve un día abrazador en la playa, y cuando volví al hotel, encontré al gerente en mi habitación, su miembro palpitante en la mano, listo para cubrir mis voluptuosos pechos y pliegues sensibles con su caliente liberación.Me quedé sorprendido, pero la vista de su impresionante hombría y la perspectiva de ser un cornudo eran demasiado cachondos para resistirme.Mientras sucumbía a la emoción, le rindí el control, permitiéndole ravisar mis deliciosos mechones rubios mientras él complaceba mi clítoris dolorido.Sus hábiles dedos trabajaban en la magia de mis pliegues humedecidos, llevándome al borde del éxtasis.La vista de su gran polla penetrando mi apretado coñito estaba hipnotizando, y no pude evitar gemir de placer mientras él lanzaba más profundo.La visión de su semen revistiendo mi cuerpo solo avivó mi deseo, dejándome anhelando más.Esta fue la fantasía definitiva de la playa cobra vida, y disfrutaba cada momento de ello.