La transexual peluda Cuzinho Rosa y yo nos colocamos, luego él me tomó por detrás. Su gran polla se hundió profundamente, satisfaciendo mi deseo de una follada dura. Un orgasmo impresionante me dejó queriendo más.
Mi amigo y yo estábamos relajándonos, fumando un porro cuando nos llamaron la atención.Él es un gran chico, siempre empacando calor, y yo misma no encorvé el departamento de miradas.Nos pusimos manos a la obra, tomándome por detrás, su grueso miembro hundiéndome en mis acogedoras profundidades.La habitación estaba llena con el embriagante aroma a marihuana y nuestra salvaje lujuria animalista.Su palpitante hombría era un espectáculo para contemplar, una herramienta masiva que expertamente usó para estirar mi estrecho y ansioso agujero.Sus manos exploraron mi cuerpo, acariciando mi suave piel, mientras su boca se arrastraba besos por mi cuello.La vista de él, su cuerpo peludo entrelazado con el mío, su gran y gorda polla follándome, fue suficiente para volver loco a cualquiera.El ritmo de nuestros cuerpos, los sonidos de nuestros gemidos, y el olor a marijuana llenaron la habitación, creando una sobrecarga sensorial que solo se sumaba a nuestro placer.Era una noche a recordar, un testimonio de la potencia del deseo de hierba y carnal.