Un hombre maduro obedece un comando, dándose placer a sí mismo.Le acaricia el eje, ansioso por complacer, hasta llegar al clímax, cubriéndose en una cálida y cremosa satisfacción.Una tentadora y erótica exhibición de masculina masterbation.
Según su comando, me vi incapaz de resistir las ganas de darme placer.Comencé a acariciar mi polla endurecida, al sentir la familiar prisa de placer recorriendo mi cuerpo.La vista de ella viéndome, su comando resonó en mi mente, solo alimentó mis ganas.Continué frotando mi polla, mis movimientos se volvieron más frenéticos cuando me acerqué al borde.Con una respiración profunda, solté un gemido, liberando un torrente de semen caliente sobre mí mismo.La habitación calló mientras recuperaba el aliento, la cálida sensación de mi propia semen en mi piel sirviendo como recordatorio del intenso placer que acababa de experimentar.Sabía que ella estaba mirando, su mando había sido obedecido al máximo.