Una enfermera europea pilló a su paciente en pleno acto, paja a medias.A pesar de sus súplicas, se negó a terminar lo que empezó, provocándolo con su toque experto y negándole la liberación.
Una paciente en una habitación de hospital estaba recibiendo una paja alucinante de su sexy enfermera europea.Ella hábilmente acariciaba su gruesa polla, sus manos lo trabajaban expertamente hacia un clímax explosivo.Justo cuando él estaba en el borde, ella se detuvo bruscamente.No por crueldad, sino por profesionalismo.No podía arriesgarse a ser atrapada, y sabía que si lo dejaba correrse, habría evidencia por todo su uniforme blanco prístino.El pobre chico se quedaba colgado, su cuerpo temblaba por la anticipación mientras ella lo provocaba, sus labios a solo un centímetro de su punta palpitante.Sabía lo mucho que lo deseaba, y sabía lo mucho que también lo deseaba.Pero tenía que ser profesional.La tensión se construyó, la habitación se llenó de su pesada respiración y el sonido de sus corazones follando.Ambos estaban de canto, pero ella no se mojaría primero.Era una enfermera, y una segunda amante.