Karen, una esposa amateur, recibe con entusiasmo al amigo de su esposo, un semental bien dotado, para compartir sus momentos íntimos. Su encuentro swinger salvaje culmina en una facial desordenada, dejando a Karens pintada de placer caliente y pegajoso.
Mi esposo y yo somos una pareja swinger.Siempre atrajo amigos a nuestra cama y como es una persona muy cariñosa, siempre se atrajeron mucho hacia mí.Pero, nunca imaginó que haría lo mismo con uno de sus amigos.Un día, trajo a un viejo amigo que era muy atractivo, y de verdad me atraje con él.Convencí a mi esposo de que saliera de la habitación y luego comencé a divertirme con el viejo amigo.Lo abracé y lo besé tiernamente.Le toco la polla y luego lo hago hasta la mitad.Abrí mis piernas y dejé que entrara en mi culo gigante.Me dobla con fuerza y luego se corre justo en mi boca.